miércoles, 30 de diciembre de 2009

No se atreva mi Coronel

Imprimir artículo

Por Francisco Pereira*


No se atreva mi Coronel


No dudo de la sorpresa que le provocara esta carta, que hago llegar hasta sus viejas manos manchadas de sangre inocente, surcadas  por arrugas, vestigio innegable del paso del tiempo. Sorprendido sobre todo por que no creo que usted pensara que yo sabia leer y escribir.


Yo soy el soldado Juan Ramón Portillo del cantón El Tecomatal, del municipio de San Miguel. Con seguridad a usted no le recordara nada este nombre, pues siempre me conoció como: Soldado muela, hijueputa.


Decidí hacerle llegar esta mi humilde carta, pues hasta mis oídos han llegado sus delirios a raíz de lo sucedido en el vecino país. Dejeme decirle que desde que finalizó el conflicto armado poco a poco la población nos a comenzado a tomar como gente honrada, claro, descontando algunos cuantos que como usted vienen de aquella tanatada de hijos de la patria, aunque no la aman como la mayoría de miembros de ese valiente ejercito en que ahora se ha convertido aquel criminal que usted dirigió.


Ayer por la tarde me encontre con Doroteo Amaya, puta mi Coronel, si hasta la quijada le temblaba al indio cuando me contaba encachimbado el descaro suyo al irle a pedir la firma para crear no se que asociación, solo espero que no sea el ORDEN de los últimos años o el brazo legal de los pro-minas a cielo abierto. En fin, "teyo" me dijo: Le di la firma pues si no ese hijueputa me mata y dice que fueron las pandillas.


Dentro de las mas grandes tristezas y sustos siempre hay tiempo y razón para reír, y es que mire mi Coronel, nos reímos como locos, para serle sincero mi Coronel, con todo el respeto que le tengo, yo por poco me orino. Es que ese indio imita cabal los gritos y alaridos de vieja asustada que usted daba cuando los terengos llegaban a tirar a aquellas babosadas.


Usted perdone  mi Coronel, pero es que resultaba especialmente ridículo oírle decir en las formaciones de tenerlos rallados cuando mi Teniente ratón, Doroteo y yo, le oímos gritar como gallina cuando sentía los tepezcuintles. De seguro no se acuerda del Teniente ratón, ni mucho menos de la patada que le metió para que se soltara del escritorio de caoba donde se aferraba cada vez que silbaban aquellas babosadas.


Apropósito mi Coronel, en una de esas acciones de calle, como le llaman los terengos. Bueno con su permiso mi Coronel, hoy siento mas vergon decirles compañeros o compas. Como le decía generalCoronel, en una de esas acciones de calles conocí a uno de los que llegaban a tirar a aquellas babosadas, primero no le creía,  pues usted siempre decía que eran Rusos, por lo cual yo esperaba verlos altos con los ojos verdes, y este compa de seudonimo Sergio no se les parecia para nada, era chaparro, flaco y con el pelo parado.


Como le decía en esas acciones de calles conocí a muchos compas, son buena honda y no se comen a los niños como usted nos hizo creer, por lo menos no se comen a los míos, no, si no que me les van a dar uniformes para que vayan a la escuela. Se imagina mi Coronel?, por primera vez los voy a ver ir uniformaditos a la escuela. Se que en su mente, cementerio de neuronas, muertas por la inhalación de aquellas hojas verdes que le regalaban sus amigos suramericanos a los que les vendió aquellas babosadas de 800 libras, yo se que usted sabe de que le hablo. Como le decía se que en su mente pensara que es adoctrinamiento ideológico y no se que putas mas, pero eso a mi, con sus disculpas mi Coronel, me vale verga.


Debo decirle que El Doroteo me dijo: No se que inventa ese viejo reumático, si cuando tenia fuerzas lo único que hacia era gritar, mucho menos ahora que por gritar se …olvida de todo. No se atreva Coronel, hoy no tiene quien lo defienda, los campesinos no están dispuestos a ser parte del ejercito protector de la oligarquía como en el pasado.


Por un Capitán amigo de su familia nos hemos dado cuenta de su delirio de persecución y como se relamía los labios cuando vergiaban a la gente en el país vecino. En su senil mente de seguro recordaba cuando salvo la patria del comunismo mandando a matar aquellos curas. No se le ha olvidado, verdad?


No se atreva mi Coronel, por el bien de todos. Como usted sabrá tengo dos hijos y si usted en uno de esos delirios se deja llevar por los fantasmas que lo persiguen, mis hijos tendrán solo dos caminos: pelear en un bando o pelear en el otro. Y como yo se que esaonda de la guerra es perra, no quiero que eso pase. Antes de que mis hijos duerman bajo la lluvia, solo por que a usted le da la gana, voy y le pego un tiro enmedio de las dos pepas. Se mi Coronel que tendré que apurarme por que miles no quieren que sus hijos vivan lo que ellos vivieron y de seguro, al igual que yo, ya aceitaro la escuadra, por si los fantasma que lo persiguen lo terminan animando.


Para despedirme solo déjeme decirle: No se atreva mi Coronel.


Juan Ramón Portillo.


Post data.
Puta mi Coronel, se me olvidaba contarle que al fin me dieron la escritura del solarcito y también se la dieron a la viuda del Chiquiton, aquel que matamos porque le dijo que se desertaria.


*Salvadoreno residiendo en Maryland, US y colaborador de este blog
Que Dios los bendiga!

No hay comentarios.: