domingo, 17 de marzo de 2013

Te veo Comandante

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Te veo Comandante emerger al Alba,
en vientos del pueblo y gota de roció,
sos abrazo franco desde la zampoña
puliendo sonrisas en la Habana Vieja,
te veo claramente entre las favelas
oyendo a los viejos de venas abiertas
descubrir en las notas de Frei Betto
estrategias y tacticas para Benedetti,
alimentado con Ollantay, Popol Vuh
y mezclas arcillosas del Machu Pichu
guias y avanzas la marcha de unidad
en nubes de niños rumbo a la escuela.

Te veo compañero en las trincheras
presto apuntalando La Gran Colombia,
vistes el uniforme de Jacobo Arbenz,
las botas patriotas de Omar Torrijos,
valor y mazurcas de Augusto Cesar,
y empuñando el rifle de Emiliano,
vienes con Bolivar de retar al diablo
delatando al mundo su olor a azufre,
truena tu denuncia en Copenhague
seguro de que otro mundo es posible,
bravo militar, fuerte en conviccion
llorando genuino ante San Romero.

Te veo Presidente abrazar al Gabo,
latir en las cuerdas de Mejía Godoy,
casando tu voz con la India Meche
una canción urgente a Tegucigalpa,
porque no hacen falta alas al amor
tu solicitud en "derrochar" capitales
atendió miserias en los invisibles,
opero milagros, dio becas al pobre,
vos te propusiste como consigna:
"no morir desnudos en bananeras"
prometiste poco y te diste entero.

Te veo amigo conspirando futuro
junto al Che en tiempos del cólera,
igual que Camilo te armo la razón
para repeler masacres del Quiche,
resistir con Chico en el Amazonas,
anidando sueños sobre Aconcaguas
donde el cóndor pasa en salutacion,
bebista las versos de Ali Primera
y fuistes la canción desesperada
del pobrecito poeta que era yo,
te fluyeron sangre de Túpac Amaru,
la guitarra rota de Victor Jara,
la determinación de Rosa Parks,
y almas de caídos en La Moneda.

Te veo compa sonreírnos desde el sol,
haciendo patria sin bajar la guardia
tus suenos danzando gracias a la vida
en un continente de puños en alto,
libre de perjuicios y colonialismo,
tras bombas de mecate en Monimbó
machetes Aquinos alzando Izalco,
pelotones negros sublevando Haití
y guerrilla urbana de San Salvador
nos dices presente, ya es siglo XXI.

Te veo soldado de hombres libres
repartiendo tierras y tu te de mate
sentado en el patio con un tal Mujica,
cuentan que cabalgaste por los Andes
rocogiendo casas de espiritus Incas,
que luego amasaste Rio Bravo abajo
trocandolas en versos de Jose Marti,
vas Comandante de la Patria grande
Navegando en las aguas del Orinoco
requinteando milongas del fusilado,
cumplida tu misión y fundido al Sur.

(Daniel Joya)

lunes, 29 de agosto de 2011

El Funeral. A Saúl Solórzano

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Por Bessy Blanco


A Saúl Solórzano
(1961-2011)


¡Que descanse en paz! --decía el cura.
¡Así sea! --gritaban los presentes

En el ataúd, se revolcaba como caballo chúcaro.
--¿Que descanse en paz? ¿Pero de qué hablan?

--¡No estoy cansado! ¡No quiero descansar!
--Hice en mi vida lo que más quería.

--¿Descansar de mi hija? ¡Están locos!
¡Ella es mi vida y única adoración!

--¿Descansar de mi trabajo? ¡Ni en broma!
Era mi estandarte, mi guarida, ¡mi refugio!

--¿Descansar de mis amigos? ¡Qué va!
Ellos han sido mis cómplices
en mis más legendarias hazañas.

--Maldita muerte que me llevas
y me arrebatas lo que me pertenece
y me alejas de lo que más amo.

--¡Maldita muerte, te aborrezco!

El cura continuaba:
-Que descanse en paz.
-¡Así sea!, la gente contestaba.

martes, 9 de agosto de 2011

Confesonario

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Por Marisol Flamenco
Copyright©2011

El taller de mis letras abre sus puertas en mi infancia...En la arena de aquella playa tan hermosa, en la que tuve la dicha de nacer. San Marcelino, así se llama el lugar en donde por voluntad de un ser superior nací y en donde indudablemente se marcó mi destino.

Los sabores y los olores de la infancia los llevo tatuados en el alma... Los almendros, la humilde casa en la que viví, los vecinos, los chismes, el desvío, la comida... En fin... Aquel territorio que ahora puedo tocar a través de mis escritos...

Mi gran tesoro... La mina de oro, la fuente inagotable de mis ideas... Nace en esa etapa de mi vida, en la que sin lugar a dudas fui tan feliz...

Hace ya mucho tiempo que vivo lejos de mi tierra, demasiado tiempo, pienso. Sobre todo cuando me invade la nostalgia, si, esa que sentimos los que nos sentimos ausentes. Los que no somos ni de esta tierra, ni de aquella.

No porque no queramos, sino porque la distancia y el paso de los años nos convierte en extraños. En extranjeros, en peregrinos que no tienen más opción que abrazar los recuerdos para que no se borren de nuestra memoria, para que se mantengan vivos, intactos.

Es una manera de alimentar el alma. Al igual que todos los que se han ido,
una promesa que va más allá de la nostalgia.
Todas las noches antes de apagar la luz
me prometo a mi misma que pronto,
muy pronto voy a volver.

lunes, 27 de junio de 2011

Traición a la poesía

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La poesía gime,
El Corazón se desgarra en protesta
Ante nubarrones arcaicos amenazando
Con secuestrar la esperanza.
Inició la ofensiva de los tontos,
Del individuo prevaleciendo en su ego;
Nos cambiaron con viejas falacias
Nuestra expectativa del cambio.

La poesía lloró,
El alma confronta la desvergüenza
Ante los burdos discursos.
Vinieron los auto-elegidos
A montar diques a los sueños,
Usurpando aspiraciones
Y trocarlas en turbios pactos
Que ahora dicen no entendemos.

La poesía se duele,
Los sentidos se cuestionan
Ante los que se quitaron el velo.
Volvieron doctrina lo irracional;
Del compromiso a la obediencia,
Del convencimiento a las patrañas,
De la esperanza a la locura,
Del poder de abajo al verticalismo,
De la prohibición de pensar,
Ignorar principios e historia
Para exigir fidelidad enfermiza.

La poesía sufre,
La mente reclama atención,
El oportunismo laudó.
Manipularon las viejas consignas
Para fundirlas en autoritarismo
Opuestos a corrientes frescas,
Al ímpetu que nos da esencia.
Se equivocaron de nuevo,
Y desde la tumba pisoteada
Del guerrillero caído
En la bohemia del proceso,
La poesía resucita
Libre como siempre ha de serlo,
Amante y batiendo alas,
Plegada en sonrisas, voces
Y reclamos entre la web y las calles,
Al nuevo cantar del pueblo.

Daniel Joya 06/2011

martes, 14 de junio de 2011

Una cajita de recuerdos

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Por: Marisol Flamenco

He tenido un día lleno de recuerdos, de vivencias... De extrañas sonrisas dibujándose en mi rostro.

Abrí la caja de los recuerdos (textualmente un cofre rojo que tengo desde los 12 años) Y en donde encontré cartitas, fotos, tarjetas, recuerdos del ayer, con sabor a pasado.

Cerré los ojos por instinto y sin darme cuenta volví a los días del ayer, a esa etapa de mi vida en la que no era niña, pero tampoco era mujer. Volví a sentir el viento acariciando mi rostro, la tela de mi falda larga acariciando mis pies. Volví a jugar con mis primos, con mis amigos. Volví a conquistar el mundo con la fuerza que solo a esa edad pude encontrar.

Me descubrí en cada recuerdo, en la inocencia de mis doce años, en la astucia de mis catorce, en las ganas de comerme el mundo a los quince. En los recuerdos de mis amigos, compañeros y alumnos de aquella temprana y única juventud.

Una cajita de misterios, de sonrisas congeladas en el tiempo. De amores eternos y perfectos. Una cajita de sueños, donde todas las noches guardaba mis secretos, las travesuras y las cosas hermosas que me pasaban.

También escribía mis miedos, mis angustias y los cuentos que todavía no me atrevo a publicar.… Encontré mi primer diario formal (Porque honor a la verdad yo escribía en todas partes, eso sí, lo que no quería que nadie leyera, eso lo guardaba en el cofrecito rojo, mi cómplice.)

Han pasado tantos años, y hoy por una de esas cosas de la vida. Mis ojos se quedaron clavados en la cajita roja, no pude resistir la tentación. La tomé entre mis brazos y la apreté contra mi pecho.
Un instante entre el ayer y el hoy.
Un ritual silencioso, lleno de paz.
Gran parte de mi vida se encuentra dentro, flotando entre recuerdos.
Esos recuerdos del ayer, historias hermosas.
Otras no tanto, pero que me hicieron crecer.
Que me enseñaron a vivir y a madurar.

Algunas de las personas que se encuentran en fotos, en cartas, ya no están.
Se me adelantaron… Pero estoy segura que me esperan en el más allá.
Otras, siguen presentes en mi vida. Nos hemos reencontrado en el camino, después de dar muchas vueltas por la vida.

La vida siempre nos devuelve al mismo lugar, si, a ese lugar de donde partimos. Y al que difícilmente podremos olvidar.
Hoy me ha tocado volver entre lágrimas y sonrisas, deseando arrancar con fuerza la nostalgia que produce estar lejos.
Pero que irónicamente nos da el placer de soñar.

Mis amores y mis afectos viven, no sólo en esta cajita roja… Sino también en mi corazón, porque al sacarla de mis recuerdos… Respiré el aire que se respira en mi tierra, escuché el mar.
El sonido de los buses al pasar, el griterío de la gente, las risas que no me dejaron vivir en soledad.

A todos los que forman parte de este cofrecito rojo,
gracias por haber recorrido el mismo camino.
Gracias por seguir siendo parte de mi vida.

Hoy, reencontrarme con todos ustedes
me hizo sonreír de verdad.

Una cajita con sabor a libertad,
con historias que algún día les voy a contar.

jueves, 17 de marzo de 2011

MUJER O NIÑA DE OJOS TIERNOS CALUROSOS

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Por Emilio Monzón*
I
Niña de ojos tiernos calurosos, de tu mirada apacible y fresca nacen remansos de cristal de agua clara y sonora donde corre la esperanza. Tu melena obscura y alzada adorna tu rostro blanco, baña tu frente, en tus combatientes pensamientos hay un vaivén, o una melodía de protesta, un canto de amor infinito para nuestra tierra ensangrentada, un grito de libertad, un puño cerrado, una plena convicción del cambio. Hay en tus dulces sueños un mágico azul, límpido y estrellado ó un horizonte en la alameda llena de prados, en un atardecer triste y angustioso donde tu alma embriagada es pájaro enamorado que vuela, llora y canta sobre los territorios liberados por nuestros combatientes símbolo de la revolución Salvadoreña. En ti sobre tus venas corre la sangre de los caídos en la lucha, el dolor de tu pueblo. Nace y resplandece de tu corazón compungido un clamor sagrado, una lucha sin descanso por la comprensión entre los hombres.

II
Amada, mujer de fina piel calida, el destino no junto para robarle al tiempo unos minutos de vida, de lecho y de fuego compartido. De la palabra y el beso se alimentaron nuestras almas, y fuimos dos, amarrados a nuestras convicciones, a un dulce infinito amor a nuestra tierra.

III
Tú y yo en la madrugada en un despertar tranquilo unimos nuestras miradas entreabiertas, y un suspirar, un canto de besos frágilmente quiebra el silencio, y son nuestros cuerpos que sollozan vertiendo la sabia pura de nuestros arrebatos.

IV
Crecí en el tiempo con mi pasado a cuestas, lleve la luz o la esperanza sobre la tierra y el mar, y volé a otros lares a buscar patria ó sol tropical. En mis manos abrigué un jazmín o una rosa para la mujer amada.

V
La hojarasca yace en el suelo de una ciudad fría y lluviosa, mecida por el viento. Las últimas hojas secas del otoño vuelan sin rumbo fijo. En la última tarde junto a su árbol, dijeron adiós a sus raíces y nuestras bocas abrigaron los últimos besos.

VI
Un trémulo palpitar tranquilo poblara nuestra ultima noche, y tu desnuda como una diosa abrirás tus brazos a mi cuerpo, y yo depositare en tu pecho, un beso, una flor o la caricia mas sublime.

Tomado de la revista “El Trompezón”
*Escritor Salvadoreno residente en Maryland, US

Derechos reservados del autor
Para mas comentarios a: monzonemilio@yahoo.com

miércoles, 2 de marzo de 2011

Como cuando era nina

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Hoy tengo ganas de jugar como cuando era niña,
Cuando mi más grande preocupación era que mis
Amigos no me encontraran mientras jugaba al escondite.

Quiero correr libremente por las calles en medio de la lluvia, como cuando las tormentas a la salida del colegio eran una bendición del cielo.
Sentir que la lluvia me empapaba libremente y que los cuadernos y las tareas se mojaban… Chapalear y gritar presa de una alegría que jamás se ha vuelto a repetir.

Hoy quiero sentir el aroma del café de la abuela
Ese al que en mi tierra le llaman: Café de palo.
Porque es del bueno, del fuerte, del que se toma de una
Y sin pensarlo.

Hoy quiero volver a ser esa niña, la que se escapaba por el techo
Para ir a jugar con las vecinas,
La que vendía talismanes y decía tener poderes para dormir los pollos.

Ahora sonrío y recuerdo con nostalgia todas esas tardes, las canciones, las peleas, los abrazos, las travesuras y por supuesto, las monedas que a pulso me ganaba como la gitana. (Travesuras de niña que hoy me sacan enormes carcajadas…)

Hoy quiero volver a ser esa niña, sacarla de mis recuerdos
E inventar historias que me hagan tocar el cielo.
Como cuando me sentaba con mis hermanos,
Los cuatro soñadores,
Dos mujercitas y dos varones.

Hoy quiero volver a esos tiempos, y celebrar con ellos, el día del cuete*. Comprar galletas y tomarnos el café de la abuela.
Creo que alguna vez les contaré cómo fue que comencé a vender talismanes y por qué motivos inventé el día del cuete…
Por el momento solo quiero ser la niña que juega
Sin preocuparse del tiempo,
La que celebra con sus cuentos e inventos
Una fiesta perpetua.

*Cuete: Cohete

Marisol Flamenco
Copyrigth©2011

martes, 14 de diciembre de 2010

Deportado

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Por Daniel Joya

Salió del aeropuerto impactado por el mar de gente arremolinada en el área de espera. De entrada no podía distinguir entre la alegría de los que venían a repisar el suelo patrio y el júbilo de quienes impacientes esperaban a los ausentados. Tampoco diferenciaba entre la congoja en los que se despedían y la impotencia de los que veían partir. En los aeropuertos de hoy, como en las terminales de autobuses medio siglo atrás, la gente se aleja y reencuentra, en la dinámica de marañosas jugadas del destino que obligan a dejar la comodidad de su sala para ir en pos de ilusiones. Llamémosles por esta vez sueño americano, para asumir que una vez al otro lado ya nadie querrá despertar, como medida de auto defensa ante los embates de recuerdos que crudamente cercenan los deseos de volver; un éxodo sin Moisés hacia la tierra que fluye dólares y esperanzas, salvo que en este caso se va del desierto hacia Egipto. Para los Salvadoreños partir no solo encarna el inicio de la proeza, sino que viene a ser la última alternativa antes que quedarse a esperar la defunción, por hambre u otro efecto colateral del violento Neoliberalismo.

Antes la familia se separaba dado el espíritu aventurero de la figura patriarcal o el batir de alas de la prole, hoy la pobreza que ya tocó fondo en los hogares mestizos, concurre en el trayecto al descalzo con pocas letras, al empleado corbatudo y hasta a la madre recién comenzando amamantar. Estos aprendices de refugiados, “guanacos hijos de puta” haciendo poesía de amor para Roque Dalton, son los eternos errantes que en su momento se anotaron para trabajar en las bananeras Hondureñas y a pesar de Somoza también fueron a Nicaragua a tomar provecho de las oportunidades del trabajo agrícola. Otros sin saber adonde quedaba, presente la fiebre del oro negro, se embarcaron hacia Arabia Saudita, sin quejarse de lo arenoso y pegajoso del sol desértico. Hubo así mismo, los que con igual empuje abonaron con sudor y sangre la construcción del Canal de Panamá. Dicen que los salvatrucos han sido vistos moviéndose de aquí para allá, del oriente al occidente, de norte a sur, y viceversa, ganándose el sustento en el mismo ombligo del diablo.

Con el advenimiento de la guerra civil algunos se alejaron por temor a volverse blanco de la desenfrenada ayuda militar Estadounidense. Así se formaron colonias guanacas en Canadá, Cuba, Suecia, Estados Unidos, Nicaragua, Australia y quien sabe en cuantas otras esquinas del planeta. Pasado el conflicto armado se creyó que el flujo de diásporos menguaría, más nuevamente sobraron los motivos y se acentuaron los deseos de escapar para no ser devorados por la nefasta propiedad privada en función de pocos.

El personaje de este relato era un hombre que retornaba forzado por el destino, no para cumplir con el dicho de “la que es puta vuelve”, mucho menos porque el ombligo le llamara. Era un retorno sin plan previo, carente de razonamiento o de reposada decisión. Lo mandaron de romplón y ahora se resituaba dentro de las veintiún mil (o menos después de perdidos los bolsones fronterizos en el litigio de La Haya) tiras de suelo que le parieron.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

NECESARIA MUERTE

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Si la muerte súbitamente me acorrala
Arrebatándome de las entrañas de la vida,
No dejen que sus ojos se deshagan
Desprendiendo las gotas de rocío
Que cuesta abajo desfiguran sonrisas;
Más bien, al contrario,
Admitan que mi ida es necesario mal
Para que florezca la vida.

Si la vieja muerte al encontrarme en su ruta,
Hastiada de verme vagar por la existencia,
Decide que por fin ha llegado mi momento
No se enreden discurriendo sobre fatalidad,
Tomen en cuenta que el vivir es transitorio,
Que nacimos para morir por la existencia.

Si al final de mi calendario los años se esfuman,
Los meses hechos trisas se terminan,
Las horas parando su deambular se van,
Los minutos se disipan en lo etéreo,
Y con hondo suspiro estiro mis huesos
Para despedir mí último instante,
No incriminen al tiempo por darse limitado,
Ni renieguen de lo poco que me tuvieron.

Cuando sea que haya de sucumbir
Piensen;
Tuve la oportunidad de haber sido,
Evoquen:
Los rezagos de mí en sus recuerdos,
Entiendan:
Que todo paso conlleva hacia un destino,
Reflexionen:
Como lo perpetuo para los mortales
Se vuelve monótono presidio del absurdo,
Acepten:
Que permanecer por siempre e inmutable,
Aunque atractivo, nos deshumanizaría.

Cuando ya no concurra entre ustedes
Confórmense con que las flores se marchitan,
La tarde cae hundida en el crepúsculo,
El vientre pare al feto que dejo de ser,
Y el arco iris desvanece sus colores,
En la transición a nuevos estadios.

Daniel Joya

jueves, 28 de octubre de 2010

En la distancia

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En la distancia murmuro tu nombre
Como si tratase de
arrancarte del olvido,
Como si tratase de
darle vida a la muerte.


Digo tu nombre
Con la certeza que
en alguna parte de tu memoria
sonaran mis palabras,
Y escucharas mi llamado.

Ha pasado el tiempo,
El maldito tiempo,
Que ahoga la distancia
Entre mis recuerdos
Y tu realidad.

En la distancia murmuro tu nombre,
Como si tratase de llamar al viento
Y decirle casi en silencio,
te quiero.

Como si decir te quiero
nos juntara
En la distancia y en el tiempo.

Marisol Flamenco
Copyright©2010

viernes, 16 de julio de 2010

Hablando Conmigo Mismo

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Sopla la nueva brisa,
entre la maya de mi ventana,
y yo solitario en hondo monologo;
prescindiendo de interlocutor.
En el patio crujen a carcajadas
las ramas en su histórico danzar,
pretendiendo imponer agrado;
afanando ambientes de celebración.
Antes, en algún momento quizás,
preso en la rutina de lo superficial,
ignore que mucho acontecía...

Me despierto y me veo;
aun estoy al centro de mi alrededor,
mi vieja figura retenida allí;
entre sueños de lo que fue,
haciendo los mismos contrastes
entre el hoy y lo que no ocurrió...
al final sigo solo con mi sombra,
sumido en residuos de mi materia
sin cuajar al iluso salto de calidad,
recogiendo retazos desperdigados
de mi última transición;
mi yo, perdió su mejor ser
bajo la avalancha del tiempo.

Con esfuerzos alzo mis manos
para cubrirme el rostro,
que sigue reseco, cicatrizado y turbio,
todavía adormecido,
resintiendo la carga de muchos días,
cada uno con su afán al porvenir,
…otros, los de mi vigencia inútil,
Calcinados, derrochados a toneladas,
sin saber hacia dónde se escurrieron.

Está fresco el nuevo sol,
con olor a huellas de lluvia
y sabor a camino transitado;
decido lavarme la cara,
para ritualizar otro re-inicio,
me enmascaro de jabón,
esperando absorber su lisura,
lo diluyo en el agua que me recorre,
aparento estar limpio;
mas, secuelas de mí trasnochar
se aferran ansiosamente,
condenándome a morir marcado.

Ese cuya apariencia hoy detesto
me dice el espejo en son de burla,
el ahora otro, mismo y distinto,
es quien construí en mi turno
ya en buena parte gastado.
¿seré aun los rastrojos de mi ser?
¿o todavía soy yo intacto y rico?
apresado entre una barba espesa,
entendiendo mejor la existencia,
quizás más feo, un tanto viejo,
pero orgulloso de haber vivido.

Daniel Joya

viernes, 2 de julio de 2010

Enredos de Amor a la Sombra del Dólar

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(Sinopsis)

Más que una narración, los enredos de amor a la sobra del dólar, retratan facetas de las vivencias del inmigrante; por un lado, el estudiante universitario comprometido con la revolución que dejando su país en medio de la guerra civil se dispone a cruzar ilegalmente hacia los Estados Unidos. El cuerpo avanza hacia al Norte, en tanto que su alma y corazón permanecen entre los suyos, rumiando por todo el camino los enredos de amor que conformaban su ser; amor por su patria, por la que estuvo dispuesto a ofrendar la vida; amor por su vida familiar y social, por la que aprendió a repudiar la injusticia; y amor por el lujurioso sexo con su novia y en las casuales relaciones libres.

Complementando al “mojado” en su ruta al sueño americano, va una sombra apostándole a conquistar el amor de su vida; la mujer que el destino parecía servirle para consolar sus frustraciones de expatriado y revolucionario en repliegue. Esa novia, que quizás sin aceptarlo, la amaba, y quien sin apoyar su causa, estaba con él, cualquiera que fuese el destino elegido.

En ambos casos encontramos la coincidencia del inmigrante semi-inserto; entre el pueblo que le vio nacer y la ruta hacia la tierra del dólar. Los Enredos de Amor a la Sombra del Dólar nos enmarañan en la picardía sexual, la cruda realidad social, política y militar de finales de los 80s, el amor y efectos en la vida de alguien que decide salir de su patria, El Salvador.

viernes, 28 de mayo de 2010

¿QUE SON LAS PALABRAS?

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¿Que son las palabras?,
acaso intentos de materializar afectos,
adornos al lenguaje corporal,
tibios destellos de lo que somos,
mecánicos hilos conectando seres,
o convencionales respuestas al estimulo.

¿Que en concreto son las palabras?
sino ecos del corazón musitando,
remedos de un poder supremo,
eructos del consciente harto de hastío,
un tumulto de letras conjugando ideas,
el reflejo audible de la conciencia,
absurdo queriendo cobrar sentido,
comunicación en movimiento,
o nudo aceptable para expresar mensajes.

¿Qué pues, serán las palabras?
tan solo lapso fugaz enmarañado en sonidos,
ilusiones trasegadas revoloteando en instantes,
vehículos de escape hacia la muerte,
piezas del desahogo,
creación de la mente,
gorriones entre los néctares del verbo,
construcciones ficticias retando lógicas,
seudo concreción del ser,
gotas de existencia inmaterial,
desgarros del alma,
gritos del recóndito yo,
retazos de nuestro transito al mas allá,
o simplemente locura, poesía y canción
Entre trozos de vida jugando a perpetuarse...

Daniel Joya

lunes, 10 de mayo de 2010

FATALISMO


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Día tras día, instante tras instante,
sucesivamente somos y dejamos de ser;
la misión, lenta pero segura, se completa
hasta volvernos gradual pasado,
el pasado del pronto mañana.

Nos movemos entre parámetros de ritmos
configurando el esquema que nos apresa;
un principio sujeto al inexorable ocaso,
un desarrollo entrañando inevitable final,
avanzando en el devenir lógico e ineludible,
en donde Sócrates solo fue otra forma,
que Santo Tomas no encarno sino lo mismo,
…y el propio Jesús se sumó al fatal encierro,
el encierro del ser dentro de un proceso.

Y si hoy somos lo que para mañana solo fuimos,
y si la existencia se nos evapora en cada jornada,
y si el trajinar nos lleva a lo finito de nuestro ciclo,
y si vivir significa acercarnos hacia la muerte,
¿que otra cosa nos queda entonces por dejar?,
más que el tiempo mismo por el cual desfilamos.

Nacemos sustancia de materialidad actual,
surgimos novatos en la grafía humana
escurgando el sentido de nuestro paso,
aprehendiendo al medio que nos moldea
y en nuestra aceptable vigencia temporal
pensamos, cuestionamos, nos revelamos
queriendo continuar con la existencia,
aportando de nuestro ser para la vida.

Mas por reacción instintiva que por entendimiento
realizamos sendos esfuerzos por un vivir perecedero,
lapso transitorio que en su seno y esencia nos mata.

Subestimando el carácter pasajero del vivir
nos comprometemos con nosotros mismos,
experimentamos esos nuevos comienzos,
sentimos o vemos, percibimos o suponemos,
pretendiendo siempre superar las barreras.

No obstante, que un día dejaremos de ser,
esto que hoy somos se va erosionando,
morimos en cada instante que disfrutamos,
hay una pizca del ser que se nos resta,
vamos derecho hasta el inexorable final,
al polvo o materia de que provenimos,
la fugacidad que nos emborracha de ilusión,
haciéndonos creer el centro del ego.

Daniel Joya

martes, 27 de abril de 2010

EL ECO DE LOS DIAS



El pasado me habla, me confronta cara a cara
Con memorias asfixiándome de ansias por volver,
¿Pero volver a donde?, si es que volver tiene sentido.
¿Acaso a recrear lo vivido en recuerdos estancados,
En vivencias de joven revoloteando a la edad mayor,
O quizás volver, contrito, humillado y suplicante
Frente a la nostalgia de lo que no ha de repetirse?.

Me veo al espejo y no me parezco a mí,
Encuentro que soy el otro que se quedo atrás,
no puedo ser el mismo, sino mi propia negación,
Ese que revive el pasado en escenarios taciturnos
Porque el tiempo no existe: el espacio avala todo;
Lo etéreo es el sitio de los sucesivos cambios
y lentas temporalidades que me dan forma al haber.

Nuevamente me gritó el ayer, reclamándome vigencia,
Hoy me visito el mañana con su carga de esperanzas;
Ambos convergiendo en volatilizad de la existencias,
Una presencia en la que vivo y reencarno a la muerte,
En esa inexorable vicisitud que nos empuja
Cual piezas fungibles del juego de los dioses.

Esta noche me siento esperando al amanecer,
Con mis ilusiones reclamándome a la acción,
A luchar por romper la cárcel de la temporalidad,
A rumiar añoranzas, acariciar sueños, hurgar evocaciones,
Deleites temporales, deseos tras deseos, tras deseos...
El ciclo se repite ahogándome en cuestionamientos,
En la búsqueda de preguntas a las lógicas respuestas.

El eco de los días me tortura, me persigue, esta allí,
Confundiendo mis axiomas de por sí en crisis.
Por su culpa no sé si escribo de la historia
o la describo en la miseria que a veces me siento;
Ni si las edades maduran para luego fenecer
O si fenecen primero para volver a ser tiernas.


Socorro, que me descompenso...


Daniel Joya

jueves, 4 de febrero de 2010

LAS MONTANAS QUE HUMEAN!

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¿Y tu, quien eres?, sino el mas pequeño de tus cuatro hermanos; sin embargo, fuiste el primero en gritar antes de nacer!; si, a ti que desde tu nacimiento, -aquel 15 de Septiembre de 1821-, has tenido que sufrir siempre estos derrames de sangre, estas luchas internas con tus ideas que te han llevado al borde del abismo, tu que has visto huir y escapar a tu gente y algunos te han abandonado para salvarte, pero no te has dado por vencido, aun crees en ti mismo.

Tu que llevas un nombre que es sobre todo nombre y que tienes sitiada tu santa ciudad bajo la protección de San Salvador y la montaña mas alta al norte lleva por nombre Montecristo, y vigilas desde allí, como un centinela tus bellos lugares con nombres que evocan la libertad, la unión, la paz, mas no logras vivirlos a cabalidad, porque siempre alguien, amigo mío esta siempre tocando la puerta del diablo al sur, y si este se la abre, no importa, nosotros estamos aquí, prontos para iniciar de nuevo la batalla de los siglos entre las dos montanas que humean.

A ti dedico hoy estas líneas con amor y afecto, porque eres tu quien esconde mi ombligo dentro de la sagrada tierra de La Libertad que me vio nacer. Por eso, me siento con mas razón plegado a tu virtud de mejor artesano del mundo, artesano de la paz, porque aun la estas forjando, hasta que un día llegue a ser una realidad viviente en tu territorio y aunque estoy al otro lado del silencio no puedo hacer de menos el hecho que te pertenezco y estoy allí como espectador, viendo las dos montanas que humean!

Angel Olivares
Salvadoreño, desde algun lugar de Italia

lunes, 4 de enero de 2010

Mi Viejo


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Ya se estaba poniendo viejo pero nunca lo habrías notado, a juzgar por la forma en que trabajaba. Desde que el sol se ponía hasta que se ocultaba tras las montañas, siempre labrando terrenos ajenos para ver si esta temporada la sequia no le jodia la milpa. Nunca me pareció verlo cansado. El simplemente seguía y seguía su tarea bajo el sol. Conocía sus montañas como la palma de su mano. Caminaba por aquí, caminaba por allá, y nunca se perdía entre la espesa nube de árboles; esas arboledas eran sus amigos y acompañantes fieles en su diario vivir. Así fue su vida desde que lo conocí.

Cuando llegaba a casa al final del día con su haz de leña pa’hechar las tortillas, se quitaba su sombrero de paja para limpiar el sudor de su frente mientras decía “gracias a Dios ya pasamos un día mas.” Pues mañana seguiría la tarea. Todavía recuerdo sus manos lastimadas por el pasar de los años y su espalda ya doblada por las bolsas de café que cargaba día tras día durante las cortas.

Parecía como si no le calara el pasar de los años ni el ardiente puñal del sol de medio día. Aunque creo que cada paso que daba estaba lleno de agonía y dolor, nunca dejaría que alguien lo notara, ya que al fin y al cabo, así había trabajado desde sus cinco años.

Servidor perenne de Dios y su iglesia. Nunca se perdía la misa de nueve. Cada domingo se levantaba temprano para ponerse la mudada dominguera y el sombrero de salir. Al llegar a la iglesia se quitaba el sombrero y lo ponía a un lado, eso si, ya antes había dejado el machete envainado en el puesto de mercado de Doña Tere, porque a la casa de Dios no se entra armado. Me gustaba verlo en la iglesia. Tan sereno y sin preocupación alguna que cualquiera diría “que bien se ve Don Chungo”, sin imaginar que mañana estaría “de nuevo en el macho,” tal y como lo decia el.

Siempre le pedía paciencia y fortaleza a tata Dios y también le daba gracias por todas las bendiciones que le había dado a el y a su familia. Aunque, de acuerdo con su pensar, el no se merecía tanto pues no era el hijo más obediente del pequeño pueblo donde vivía.

Cuando lo veo en mi recuerdo con sus pantalones remendados y los caytez ya gastados, podría jurar que hasta lo oigo decir “puerca hombre hoy si jodimos ya empezó a llover y la milpa va’pegar bien esti’año”

Mi viejo, como te extraño aunque me amenazaras con mandarme al cuartel. “Allí si te van a ser hombre, jodido” me decía cuando me portaba mal. Y es que para él, el cuartel y la guardia eran cosa buena; eso no se discutía. Al final de cuentas el viejo me quería y a mis hermanos también. El si le hizo frente para ayudar a mi nana a criarnos; ya que mi tata decidió matarse para evadir su responsabilidad.

Por eso te quiero mi viejo, siempre te he querido y siempre te querré y cuando las cosas se ponen perras, siempre pienso en vos y digo: hagale guevos amigo que si mi viejo lo hizo, pues, también puede usted. Un pequeño homenaje para mi abuelo Jesús Aparicio “Don Chungo” Q.E.P.D y para todos los abuelos del mundo.

Herberth Aparicio
Salvadoreño residente en Colorado, US

miércoles, 30 de diciembre de 2009

No se atreva mi Coronel

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Por Francisco Pereira*


No se atreva mi Coronel


No dudo de la sorpresa que le provocara esta carta, que hago llegar hasta sus viejas manos manchadas de sangre inocente, surcadas  por arrugas, vestigio innegable del paso del tiempo. Sorprendido sobre todo por que no creo que usted pensara que yo sabia leer y escribir.


Yo soy el soldado Juan Ramón Portillo del cantón El Tecomatal, del municipio de San Miguel. Con seguridad a usted no le recordara nada este nombre, pues siempre me conoció como: Soldado muela, hijueputa.


Decidí hacerle llegar esta mi humilde carta, pues hasta mis oídos han llegado sus delirios a raíz de lo sucedido en el vecino país. Dejeme decirle que desde que finalizó el conflicto armado poco a poco la población nos a comenzado a tomar como gente honrada, claro, descontando algunos cuantos que como usted vienen de aquella tanatada de hijos de la patria, aunque no la aman como la mayoría de miembros de ese valiente ejercito en que ahora se ha convertido aquel criminal que usted dirigió.


Ayer por la tarde me encontre con Doroteo Amaya, puta mi Coronel, si hasta la quijada le temblaba al indio cuando me contaba encachimbado el descaro suyo al irle a pedir la firma para crear no se que asociación, solo espero que no sea el ORDEN de los últimos años o el brazo legal de los pro-minas a cielo abierto. En fin, "teyo" me dijo: Le di la firma pues si no ese hijueputa me mata y dice que fueron las pandillas.


Dentro de las mas grandes tristezas y sustos siempre hay tiempo y razón para reír, y es que mire mi Coronel, nos reímos como locos, para serle sincero mi Coronel, con todo el respeto que le tengo, yo por poco me orino. Es que ese indio imita cabal los gritos y alaridos de vieja asustada que usted daba cuando los terengos llegaban a tirar a aquellas babosadas.


Usted perdone  mi Coronel, pero es que resultaba especialmente ridículo oírle decir en las formaciones de tenerlos rallados cuando mi Teniente ratón, Doroteo y yo, le oímos gritar como gallina cuando sentía los tepezcuintles. De seguro no se acuerda del Teniente ratón, ni mucho menos de la patada que le metió para que se soltara del escritorio de caoba donde se aferraba cada vez que silbaban aquellas babosadas.


Apropósito mi Coronel, en una de esas acciones de calle, como le llaman los terengos. Bueno con su permiso mi Coronel, hoy siento mas vergon decirles compañeros o compas. Como le decía generalCoronel, en una de esas acciones de calles conocí a uno de los que llegaban a tirar a aquellas babosadas, primero no le creía,  pues usted siempre decía que eran Rusos, por lo cual yo esperaba verlos altos con los ojos verdes, y este compa de seudonimo Sergio no se les parecia para nada, era chaparro, flaco y con el pelo parado.


Como le decía en esas acciones de calles conocí a muchos compas, son buena honda y no se comen a los niños como usted nos hizo creer, por lo menos no se comen a los míos, no, si no que me les van a dar uniformes para que vayan a la escuela. Se imagina mi Coronel?, por primera vez los voy a ver ir uniformaditos a la escuela. Se que en su mente, cementerio de neuronas, muertas por la inhalación de aquellas hojas verdes que le regalaban sus amigos suramericanos a los que les vendió aquellas babosadas de 800 libras, yo se que usted sabe de que le hablo. Como le decía se que en su mente pensara que es adoctrinamiento ideológico y no se que putas mas, pero eso a mi, con sus disculpas mi Coronel, me vale verga.


Debo decirle que El Doroteo me dijo: No se que inventa ese viejo reumático, si cuando tenia fuerzas lo único que hacia era gritar, mucho menos ahora que por gritar se …olvida de todo. No se atreva Coronel, hoy no tiene quien lo defienda, los campesinos no están dispuestos a ser parte del ejercito protector de la oligarquía como en el pasado.


Por un Capitán amigo de su familia nos hemos dado cuenta de su delirio de persecución y como se relamía los labios cuando vergiaban a la gente en el país vecino. En su senil mente de seguro recordaba cuando salvo la patria del comunismo mandando a matar aquellos curas. No se le ha olvidado, verdad?


No se atreva mi Coronel, por el bien de todos. Como usted sabrá tengo dos hijos y si usted en uno de esos delirios se deja llevar por los fantasmas que lo persiguen, mis hijos tendrán solo dos caminos: pelear en un bando o pelear en el otro. Y como yo se que esaonda de la guerra es perra, no quiero que eso pase. Antes de que mis hijos duerman bajo la lluvia, solo por que a usted le da la gana, voy y le pego un tiro enmedio de las dos pepas. Se mi Coronel que tendré que apurarme por que miles no quieren que sus hijos vivan lo que ellos vivieron y de seguro, al igual que yo, ya aceitaro la escuadra, por si los fantasma que lo persiguen lo terminan animando.


Para despedirme solo déjeme decirle: No se atreva mi Coronel.


Juan Ramón Portillo.


Post data.
Puta mi Coronel, se me olvidaba contarle que al fin me dieron la escritura del solarcito y también se la dieron a la viuda del Chiquiton, aquel que matamos porque le dijo que se desertaria.


*Salvadoreno residiendo en Maryland, US y colaborador de este blog
Que Dios los bendiga!